08 agosto 2013

Perseidas 2013. Una lluvia que no moja

Entrada de meteoros Perseidas en la
atmósfera terrestre
Unos les llaman Lágrimas de San Lorenzo, otros, estrellas fugaces de verano  y unos pocos, lluvia de las Perseidas. Pero en realidad no son ni lágrimas ni son estrellas ni tampoco son una lluvia. Son meteoros provocados por la entrada en nuestra atmósfera de partículas pequeñas como granos de arena o arroz, dejados  por los pasos del cometa Swift-Tuttle, de 9,7 km de diámetro. Al entrar en nuestra atmósfera, la fricción las calienta hasta vaporizarlas, desprendiendo un brillo intenso durante su recorrido. Estas partículas viajan paralelas, pero por efecto de la perspectiva parecen converger en la distancia, concretamente en la constelación de Perseo (tal como vemos los rieles de un tren desde lejos).

Perseidas 2010 con gran
angular y 6 horas de exposición.
El telón de fondo estrellado
incluye la Vía Láctea, la Galaxia
de Andrómeda y el Doble
Cúmulo de Perseo
Lo de las Lágrimas de San Lorenzo viene por ser el día 10 de agosto la festividad de este Santo, (muy próximo a la visita de estos meteoros) que por cierto, fue uno de los primeros archiveros y tesoreros de la Iglesia Católica. Nació en Huesca/España y murió en Roma, quemado vivo en una parrilla (de ahí las lágrimas), durante la persecución de los cristianos por el emperador Valeriano I, en el siglo III de nuestra era.

Los amantes de las Perseidas podéis elegir un lugar con cielo oscuro (no habrá Luna), tumbaros en el suelo sobre una manta o descansar sobre una silla abatible, durante las noches y madrugadas del 11 al 12 y del 12 al 13 de agosto, y con la panza hacia el cielo, colocarse en dirección sur (cabeza) - norte (pies) y mirar atentamente hacia el cenit y alrededores. Si no hay nubes, podréis ver 50, 100, 150 o más, dependiendo de vuestra pericia visual y horas de observación. Si estamos en grupo, es una actividad lúdico-astronómica muy interesante para comprobar quien contabiliza más meteoros en el mismo periodo de observación.
No es una lluvia, pero si meteoros
provocados por la entrada de
pequeñas partículas dejadas por
un cometa

Por tanto, para ver estos meteoros de agosto solo necesitaremos nuestros propios ojos, aunque antes de la observación es necesario estar entre 15 y 20 minutos en oscuridad total, a fin de dilatar al máximo nuestras pupilas y aumentar nuestra agudeza visual.

Los primeros registros de las Perseidas ya se encontraron en las crónicas chinas, hace unos 2.000 años, aunque el origen de los meteoros no fue demostrado hasta finales de 1835, cuando un astrónomo belga comprobó su entrada cíclica en la atmósfera terrestre.

A quienes les guste la magia de los meteoros, pueden pedir un deseo al ver alguno de gran brillantez y con punta de flecha, aunque para que se cumpla habremos de poner mucho empeño, ilusión y esfuerzo. La evolución de la ciencia ha de suponer la muerte de las supersticiones. Que tengáis muy buena observación. 


Tot Astronomia





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