26 septiembre 2013

La vida de las estrellas

Nacimiento de estrellas en la Nebulosa
de Orión
El fin de semana pasado estaba sentado leyendo el periódico y de pronto se me colocó sobre el brazo, sin saber de dónde había salido, un insecto díptero ciclorrafo de la familia múscidos, de unos 6 mm  de largo, con unas antenas cortas, ojos grandes y aparato bucal chupador. Es decir, una mosca desorientada, aunque no sabría deciros si se trataba de una mosca del mediterráneo,  del olivo o doméstica. Al mirar detenidamente este insecto de uñas ventosas adheridas sobre mi brazo, aspirando  no sé el qué, con su trompa chupadora, pensé que pocos días después del  solsticio de otoño, seguramente le quedaría muy poca vida, puesto que el ciclo vital de una mosca es de pocos días. 

Las Siete Hermanas, Un racimo estelar
muy joven
Si esta mosca quisiera estudiar la vida de los humanos, no podría llegar a ninguna conclusión, viendo una sola persona. Pero, si este insecto visitara una maternidad, un colegio, diferentes familias, una residencia geriátrica y un cementerio,  le sería fácil deducir que en la vida de un ser humano hay un principio, un desarrollo y un final. La clave está en la observación de muchos grupos de seres humanos de diferentes edades.

De forma similar, los astrónomos, observando la gran cantidad de estrellas que hay en la bóveda del cielo, les permite deducir todas sus edades y no sólo concluir que nacen, evolucionan y mueren sino estudiar y describir su larga vida

El final de una estrella puede apreciarse
en la Nebulosa Planetaria Ojo de Gato
La primera fase de las estrellas es posible detectarla en la nebulosa de Orión, de la constelación de invierno (en el hemisferio norte) del mismo nombre. Allí se puede ver a simple vista, una región donde se están formando estrellas de todo tipo, a partir de una gran nube de gas, moléculas y polvo interestelar. La siguiente fase estelar podemos observarla en el cielo nocturno, sobre nuestras cabezas (cerca del cenit),  a partir de las 12 de la noche en noviembre (en España). Se trata de un racimo abierto de estrellas muy jóvenes llamado Las Pléyades o Siete Hermanas, en la constelación del Toro, y que aún conservan la neblina de los restos de materia de la que se formaron. Las estrellas que ya son abuelas, están en los cúmulos apretados de soles y son los más viejos de nuestra galaxia Vía Láctea. Un buen ejemplo, es el cúmulo de estrellas más cercano a nosotros, situado en la constelación de Hércules y que se formó hace 15.000 millones de años.

Secuela de supernova en la Nebulosa
del Cangrejo con un pulsar en su interior
Al final de su vida, la estrella agota todo su hidrógeno y esto supone el principio de su fin. Expulsan toda su atmósfera y dejan al descubierto un núcleo caliente que ilumina su envoltura, formándose una nebulosa planetaria de gran variedad de formas y colores, como es el caso de las nebulosas del Esquimal, del Anillo o del Ojo de Gato. Las estrellas moribundas, igualmente pueden explotar como supernovas, siendo uno de los fenómenos más violentos del Universo. Los astrónomos chinos pudieron ver, en 1054 la primera supernova, el brillo de la cual era posible admirarlo en pleno día. Se trataba de  la nebulosa del Cangrejo, visible aún hoy en día con aparatos ópticos, y en el centro de la cual hay un pulsar que gira a gran velocidad 



Por cierto, la Mosca, además de un insecto, es una constelación del hemisferio sur y no visible desde España.




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