28 julio 2014

La constelación de Pegaso en los cielos boreales

Las 4 estrellas del Cuadrado de Pegaso
La semana pasada un joven que empezaba la aventura de la vida adulta, nos contaba las excelencias de una máquina con motor bicilindríco en línea, 4 tiempos, 670 cm3, con más de 200 Kg de peso y capaz de hacer 400 Km sin poner gasolina. Se trataba de una Honda, NC 700X, versión Crossover. Se le veía contento y satisfecho de podérsela comprar con el sueldo de su primer año de trabajo y no paraba de decirnos que tenía la bagatela de 47 caballos de vapor de potencia, para poder ir sin tropiezos por carreteras y caminos.

Estrellas principales de Pegaso
Con toda seguridad que el ingeniero y mecánico escocés James Watt, que calibró la potencia de las máquinas en función del trabajo que realizaba un caballo típico durante un período determinado de tiempo, quedaría boquiabierto al ver que un motor de moto podría realizar el mismo trabajo que 47 caballos de cuatro patas.

En  los cielos boreales hay otro caballo, eso sí, con alas en forma de constelación, que por sus dimensiones, sin duda, que dispone de una potencia superior a la de 47 caballos de vapor. Se trata de  la constelación de Pegaso, el caballo alado, que según la mitología griega, nació de la sangre de la Medusa, muerta por el héroe Perseo. 

Racimo esférico M 15
Pegaso es una de las 88 constelaciones modernas, visible en nuestros cielos durante los meses de julio hasta enero. Tiene forma cuadrada y está formada por cuatro estrellas. Merkab, la más brillante y que significa silla de montar el caballo, Scheat, es la segunda, y se trata de una gigante roja, que junto a la anterior señalan la estrella Polar, Algenib es un sistema estelar triple y simboliza el ala del caballo y la cuarta estrella recibe el nombre de Alpheratz, uno de los vértices del cuadrado de Pegaso y que pertenece a la vecina constelación de Andrómeda.


Representación artística del planeta
51 Pegasi b
En la constelación del caballo alado hay uno de los racimos estelares mes impresionados del cielo, con estrellas más viejas y rojas que nuestro Sol. Las estrellas de este racimo son como pequeñas abejas rondando alrededor del centro brillante del cúmulo, con nombre en el  Catálogo de Messier  M15. Esta bola de más de 100.000 estrellas es una reliquia de los primeros años de la Vía Láctea, la galaxia donde estamos. En 1995 se descubrió el primer planeta alrededor de una estrella que no fuera el Sol y justamente estaba en la constelación de Pegaso. El planeta tiene la mitad de la masa de Júpiter y da una vuelta a 51 Pegasi, su estrella madre, en cuatro días y cuarto. Pero todavía hay un segundo planeta orbitando una estrella en esta constelación cuadrada, y tiene un nombre difícil de escribir y mucho más de leer. Este planeta se detectó al disminuir el brillo de la estrella, como consecuencia del paso de un objeto planetario por su disco.

Quinteto Galáctico de Stephan
Los aficionados con telescopios de 20 cm o más, pueden observar algunas galaxias en esta constelación en la que la de mayor luminosidad es espiral, llamada NGC 7331, muy similar a nuestra Vía Láctea y alejada 50 millones de años luz de nosotros. Cerca de esta galaxia hay un grupo muy particular y especialmente interesante, formado por cinco galaxias, que recibe el nombre de "Quinteto de Stephan". Al verlas, tienen la apariencia de un ballet galáctico a más de 300 millones de años luz de la Tierra, que se están desgarrando las unas a las otras, distorsionando sus formas por las acciones gravitatorias, según se puede ver en los dramáticos arcos de polvo y gas que las enlazan. Estas cinco galaxias están destinadas a continuar esta danza celestial durante muchos años más y este ballet hará que algunas de las galaxias pierdan totalmente su actual identidad, combinándose con un número menor de objetos de los que vemos hoy.


Pegaso. El Caballo Alado

Creemos que  la constelación del Caballo Alado, bien vale dedicarle algunas horas nocturnas y aunque no dispongamos de telescopio, podremos observar y ver con nuestros propios ojos el cuadrilátero de Pegaso, el primer caballo que llegó a estar entre los dioses ya que tenía el privilegio de ser el caballo de Zeus, el dios soberano  del cielo y de la tierra. A la sabiduría por la astronomía.



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