31 diciembre 2014

El bólido que solo vino de visita por Navidad 2014

Bólido de esta Nochebuena
Las  personas estamos conscientes de nuestras creencias y comportamientos conscientes, pero no de las creencias y los comportamientos subconscientes. La mayoría de nosotros ni siquiera reconoce que nuestra mente subconsciente entra en el juego, cuando lo cierto es que la mente subconsciente es un millón de veces más potente que la mente consciente y que operamos del 95 a 99 por ciento de nuestras vidas desde programas subconscientes.

Es por eso que  la aparición de cometas, o piedras celestes entrando en nuestra atmósfera ha sorprendido al hombre, debido a la espectacularidad de sus brillantes cabelleras, largas colas extendidas o trazos fugaces muy vistosos, visibles durante días o semanas en el caso de astros con cola. En la antigüedad provocaban temor, dada la creencia de que los fenómenos celestes predecían el futuro, siendo asociados al anuncio de calamidades y malos presagios. Creían que se trataba de un fenómeno atmosférico que se originaban en la capa alta del “aire”, que se suponía se extendía hasta la Luna.

Aunque parezca extravagante pensar eso en plena época científica y tecnológica, aún existen personas que no solamente creen en los malos presagios sino que incluso los fomentan, al ver objetos móviles en el cielo.

Esta pasada Nochebuena a las nueve de la noche entro en nuestros cielos nocturnos una auténtica bola de fuego, un bólido de cien kilos de peso procedente del principal cinturón de asteroides que entró en la atmósfera terrestre a la altura de la localidad argelina de Tiaret y que después de completar una trayectoria de 1.200 kilómetros, en la que sobrevoló España y parte de Portugal, se perdió sobre el Océano Atlántico, a unos 100 kilómetros frente a la costa de Galicia. La roca, de  apenas un metro de diámetro, entró en la atmósfera a una velocidad de 80.000 km por hora. El ángulo de entrada fue muy bajo, no llegó a los 4 grados respecto a la horizontal.

Trayectoria del bólido rozante sobre la
Península Ibérica. J.M. Mediedo
Este fenómeno es  bastante excepcional. Lo normal es que entrara en la atmósfera en un ángulo más vertical, más grande, y se desintegrara completamente, pero no lo hizo. Es más, durante su recorrido rebotó hasta en dos ocasiones en la atmósfera, lo que provocó distintas oscilaciones en su altura. El suceso es infrecuente, y este tipo de objetos reciben el nombre de bólidos rozantes, aquellos que son capaces de reintegrarse a su órbita después de haber pasado por el escudo protector del planeta, para después abandonarla y continuar su camino alrededor del Sol.

Esta roca cósmica podría volver a cruzarse con la órbita de la Tierra ya que sigue  en el espacio, pero como se ha quemado en la atmósfera, tiene la costra de fusión de un meteorito. Por tanto, ya está avisado de lo que hace nuestro escudo protector atmosférico, por lo quizá piense que en una próxima ocasión será mejor pasar de largo, muy por encima de nuestra capa protectora y vital.

Pero seguro que habrá homínidos poco humanizados en nuestro país que aún pensarán que la coincidencia de ver este astro rozante en el cielo nocturno, vinculado con la Estrella de Belén y el primer discurso navideño del Jefe del Estado, puede ser un buen o mal augurio para 2015. ¿Pero, por que costará tanto desterrar las supersticiones? ¿Quizá por nuestro pensamiento subconsciente?


Tot Astronomia



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