07 abril 2015

De Descartes a HL Tauri

Tot Astronomia en  los Talleres para
pensar con la astronomía 
Como nos gusta que los niños vean como se formó nuestro Sistema Solar durante los Talleres para pensar mediante la astronomía que realizamos en las escuelas.  No fue hasta finales del pasado año 2014 que hemos podido fotografiar como se forman  sistemas planetarios en otras estrellas, y éstas son las imágenes que enseñamos a los más jóvenes.

René Descartes
Hasta finales del siglo XVII  los astrónomos y cosmólogos  se dedicaron a esclarecer los movimientos de los astros y las leyes que los regulan.  El cómo y el porqué se mueven los planetas, la Luna, los cometas y asteroides quedó demostrado por la Ley de la gravitación Universal de Newton y las Leyes de Kepler. Pero hacía falta ir un paso más allá y preguntarse: ¿Cómo se formó nuestro Sistema Solar?
Emmanuel Kant

Todos los planetas giran recorriendo elipses situadas prácticamente en el mismo plano y todos se mueven en el mismo sentido. La coincidencia de estos dos hechos sugería un origen común de Sol y planetas, como si de una masa giratoria pastosa giratoria (Sol) se hubieran desprendido partículas (planetas) que al quedar girando no se habrían ido por la tangente porque la atracción gravitatoria del Sol se lo ha impedido.

Laplace
Esta idea fué explicada y desarrollada por muchos científicos. Uno de ellos fue el filósofo, matemático, físico y cosmólogo francés René Descartes. Durante el año 1633, cuando Descartes contaba 37 años estuvo a punto de publicar un libro de cosmología llamado “Le Monde”, pero no quiso publicarlo para evitar represalias, ya que este mismo año se condenó a Galileo. El libro no fue editado hasta 1662, doce años después de su muerte. 

Representación artística de la hipotesis
de la nebulosa de Laplace

Este sabio francés ya nos dice que  de una nebulosa solar de gas y polvo se formó un disco plano en el que se concentró la materia en algunos puntos y concentrándose de forma arremolinada, más y más, hasta formar los planetas, que por este motivo tienen movimientos de rotación, con sus satélites, el que los tuviera.

Así  pues,  Descartes  nos dió el germen de la teoría actual de nuestro Sistema Solar, aunque habrá  que esperar más de cien años  para poder encontrar otra teoría sobre su formación.

Pequeña porción de Orión con gases que
recuerdan a una nebulosa protosolar. 
Hubble. NASA


El prusiano Immanuel Kant, considerado uno de los más grandes filósofos de la edad moderna contribuyó a la cosmología cuando aún era joven y desconocido. El año 1755 publicó una pequeña obra titulada “Historia natural general y teoría del cielo”, donde razonaba la explicación de cómo de una nebulosa  se formaron el Sol y los planetas gracias a la fuerza gravitacional de Newton. La idea de Kant era buena aunque dejaba cosas sin explicación. No estaba claro como adquirió el movimiento de rotación la masa primitiva, ni tampoco el porqué la rotación del Sol sobre si mismo era tan lenta. Eran necesarios muchos más cálculos.

Hipotesis de Kant-Laplace en la
que se representa un núcleo central
de la nebulosa primitiva y 4 planetas
en distintas fases de formación.
En 1796, el matemático Pierre Simon, marqués de Laplace expuso en su obra “Exposition du système du Monde” una teoría similar a la de Kant pero mucho más razonada. En ella indica la existencia de una nebulosa incandescente con una condensación central y rodeada de una atmosfera extensa y tenue, dotada ya de un movimiento de rotación. Laplace, a quien se apodaba con el nombre de “el Newton francés” daba por sentado que la nebulosa tenía una temperatura alta y que giraba sobre ella misma, pero sin justificar de donde venían estas dos propiedades

Remanente de supernova en la Nebulosa
del Cangrejo
La teoría Laplaciana fue retocada por otros muchos autores: Roche, Faye, Georges Darwin, Pickering, Stratton y otros.

Así, pues, dilucidar el origen de nuestro sistema planetario es una cuestión que ha ocupado la atención de muchos científicos. Después de las teorías de  Kant y Laplace se han ideado otras como la de Bickerton , en 1818, aunque entrado ya el siglo XX  aparecieron 4 nuevas teorías:
Nube en colapso gravitatorio. Los Pilares
de la Creación en la Nebulosa del Águila



-  Planetas capturados por el Sol: El material de los planetas vendría de la materia interestelar, de una edad diferente a la del sol, que se habría formado mucho antes, por lo que sería mucho más viejo  (teorías de See en 1910, Berkeland en 1912, de Berlage en 1927, d’Alfvén en 1942 y de Schmidt en 1944).

 Sistema NGC 1333 en Perseo, donde
hay sistemas planetarios en formación
con abundante vapor de agua. IRAS 4B
- Sistema binario descompuesto: Nuestra estrella tuvo una compañera  que se desintegró dispersando toda su materia. Una parte de esta materia habría sido retenida por el Sol, formándose los planetas (teorías de Lyttleton en 1940 y Hoyle en 1944).

- Hipotesis “planetesimal”: Los planetas nacieron con el Sol, cuando este ya hacía tiempo que estaba formado (teorías de Chamberlin en 1901, Moulton en 1905, J.H. Jeans en 1916 y Jeffrey en 1929).

- Nebulosa protosolar laplaciana: El Sol y los planetas se formaron de la misma materia interestelar y tienen aproximadamente la misma edad (teoría de Carl F. von Weizsäcker en 1944).
Representación de como una estrella
modela su sistema planetario

La clasificación de estas 4 teorías de la primera mitad del siglo XX provienen de dos puntos de vista: según que la materia de los planetas sea estelar o interestelar, y según que el Sol y los planetas tengan la misma edad o no. Pero, ¿cuál de las cuatro hemos de escoger?

La teoría de Weizsäcker (1944) se enriqueció mucho  con las contribuciones de Kuiper (1951), Cameron (1962), Schatzman (1963), Safranov (1972) y otros, por lo que hoy, ya se puede dar una explicación más coherente y segura de cómo fueron las cosas.
Representación de como la estrella
 limpia su entorno

Así, pues, la historia de nuestro Sistema Solar se puede resumir así:

Hay estrellas muy masivas que por su enorme gravedad, en un momento de su vida, colapsan sobre sí mismas y explotan como supernovas, formando una nebulosa rica en elementos pesados. Estos remanentes se expanden a velocidades superiores a los 1.000 Km/s.

Inicio del proceso de acreción
Más adelante en el tiempo, esta nube de gas y polvo se enfría y la fuerza de gravedad hace que se inicie un proceso de condensación y su duración depende de la cantidad de materia que contenga la nube. Para una nube con la masa de nuestro Sol, el colapso dura unos 10 millones de años y a medida que se produce el colapso, la temperatura en el centro de la nube va aumentando como consecuencia del aumento de presión. Tenemos lo que se llama una protoestrella: una masa de hidrógeno con un tamaño de unas 50 veces el diámetro del Sol, con una temperatura superficial de unos 3.000 K.

Los vientos solares y la presión de la
radiación expelen los elementos livianos
Hacia el centro, los átomos del gas se compactan de tal forma, que la temperatura comienza a incrementarse de manera brusca. Al alcanzar los 500.000 °C, la nube ya produce energía pero todavía no se ha conformado la estrella central. Cuando se alcanza los 15 millones de grados, el hidrógeno se fusiona en helio: la estrella se enciende en el centro de la nebulosa y comienza a modelar su sistema planetario. Los poderosos vientos de la estrella y la presión de la radiación de la estrella, expele los gases y polvo de los restos residuales de la nebulosa primitiva.

Etapa colisional de un sistema planetario
Parte de la sustancia de polvo que se evaporó en la fase de la formación del protosol, retorna al disco en forma de gas y reinicia su proceso de condensación. Esta materia constituirá los condritos normales, que encontramos en la actualidad en los meteoritos que impactan la Tierra.

En su comienzo, los planetas son masas
de rocas incandescentes
Por efecto gravitatorio, los elementos pesados de la nebulosa original se condensan en la proximidad solar, mientras que los elementos livianos se repliegan hacia el exterior del disco de acreción. Mediante el proceso de acreción (unión por colisión), el polvo y gas de la nebulosa originaria forma grumos de materia que debido a inestabilidades gravitacionales, constituyen pequeños cuerpos de baja densidad, con tamaños menores a 10 Km, conocidos con el nombre de planetesimales

Imagen de Mercurio tomada por la
sonda Messenger, con su corteza como
planeta rocoso
Los mecanismos de acreción continúan, dando origen a cuerpos mayores (de unos 100 Km). Algunos de estos cuerpos formados por acreción, pasan a constituir los núcleos de los planetas. La fuerza gravitatoria ejercida por estos núcleos, captura los gases nebulares que posteriormente formarían los planetas Júpiter y Saturno.

Se inicia la fase colisional en nuestro Sistema Solar. Mientras los cuerpos se encuentran en estado plasmático, la colisión agrega materia que asume la forma esférica.

Impresionante disco
protoplanetario que rodea a la
estrella HL Tauri, con las
posiciones de algunos planetas,
formándose en las regiones
oscuras. ALMA/ESA
La joven  estrella HL Tauri y sus
alrededores. ALMA/ESA














Producida la corteza en los planetas rocosos, las cicatrices de los impactos se observan en la superficie de los mismos. Los restos dispersos que permanecen, pasarán a constituir los satélites, cometas y asteroides del sistema planetario. De esta manera, hace unos 4.600 millones de años, se originó nuestro Sistema Solar.

Pero además de saber cómo se originó nuestro sistema planetario, a finales de  2014 hemos podido ver con nuestros propios ojos cómo se origina un sistema similar al nuestro en la estrella HL Tauri. Desde el observatorio de Atacama en Chile, y a través de las 66 antenas de ALMA se ha podido captar la imagen más detallada de un sistema protoplanetario en formación, alrededor de la estrella HL Tauri.
Nuestro Sistema Solar

Está a 450 años luz de nosotros con un halo de de rocas y polvo alrededor de la estrella, y es en sus huecos donde nacerán nuevos planetas. HL Tauri tiene 1 millón de años, por lo quizá la formación de planetas se produce mucho antes de lo que nos pensamos.

Desde los primeros intentos de Descartes para explicar el origen de nuestro Sistema Solar hasta las imágenes de HL Tauri han pasado “solo” 382 años. ¿Os imagináis que concepción tendremos de él y del Universo cercano en el año 2.397?  

Tot Astronomia 



















         


2 comentarios:

Excelente publicación como siempre, reciban un afectuoso saludo.
Cielos Despejados

Saludos desde Lleida/Cataluña/España, Frank. Tot.

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