19 julio 2011

¿Qué le pasa al Sol? Halos y Parhelios

Halo solar en Santo Domingo
Unos trabajaban en el campo, otros en sus oficinas, muchos andaban por las calles, las amas de casa estaban es sus quehaceres domésticos y los niños y jóvenes en sus escuelas o universidades. Todos ellos al enterarse de que al Sol lo circundaba un extraño fenómeno miraron hacia el cielo diurno para ver nuestra estrella, y a partir de aquí empezaron las especulaciones. Para unos era el fin del mundo, para otros se trataba de un mensaje divino, unos pocos  decían que era un eclipse y la inmensa mayoría no opinaban, esperando noticias más concretas de las autoridades. La mayoría de personas miraban el astro rey sin ninguna protección  para la vista y algunos pocos con gafas de sol. Este acontecimiento que acabamos de narrar no pasaba en el siglo XVII sino en pleno siglo XXI, concretamente en junio de este mismo año, en Santo Domingo (República Dominicana).
Halo Solar. Ángel Massellé
¿Pero que le pasaba al Sol? Se trataba de un halo solar, es decir de un efecto óptico causado por partículas pequeñas, planas y hexagonales de hielo en suspensión en la troposfera y que refractan la luz haciendo un espectro circular de colores alrededor de nuestra estrella. Por lo general, hacia el interior los halos tienden a tener colores rojizos mientras que hacia el exterior cuentan con colores amarillos, verdes y azules. Por tanto, los halos son anillos de color blanco o de una tonalidad pálida que se forman alrededor del Sol. En los tipos más comunes de halos, su diámetro es tal, que si una persona apunta con un brazo en la dirección del Sol y con otro en la dirección cualquier punto del halo, el ángulo entre los brazos es de 22 grados.
Parhelio sobre Estocolmo
También existen los parhelios, palabra que se deriva de dos vocablos griegos y quiere decir “cerca del Sol”. Es un fenómeno raro y muy fantástico: el Sol aparece rodeado de varios falsos soles muy pálidos y, por lo general, dispuestos simétricamente sobre unos halos o anillos. Para observarlos a simple vista basta con tapar con la mano la luz directa del Sol, evitando su observación directa.
Parhelio con "tres soles"
Los halos y los parhelios aparecen documentados desde la antigüedad. Por ejemplo en el libro primero de La República de Cicerón, los personajes entablan un diálogo de tipo filosófico y de contenido político ubicado en el año 129 a.C. Al inicio del mismo uno de los personajes pregunta a sus contertulios qué les parece el fenómeno que por estos días se está observando en Roma, al cual hacen referencia como el fenómeno que permite observar, a simple vista, “dos soles” (sin duda, el verdadero y un parhelio).
Nota de Tot: Ampliar la imagen del parhelio de Estocolmo. 


Tot Astronomia

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